1/9/09

Calumnias y mentiras para una nueva entrega…


Si no fuera por la gravedad del asunto, el trhiller cómico sobre las “escuchas” que está protagonizando el PP este verano parecería la serie B de una película de los hermanos Cohen.

Comenzamos el verano con una Secretaria General del PP haciendo unas insólitas y gravísimas declaraciones, si me permitís la expresión, más propias de las consecuencias de una insolación de verano que del rigor de una dirigente política seria.

Prudentemente, medios y dirigentes políticos esperamos que el principal partido de la oposición, a través de alguno de sus portavoces quizá menos expuesto” a los rigores del calor”, recuperara la sensatez y rectificara unas acusaciones delirantes propias de una novelita policiaca de verano.

Sin embargo, pocos días después el mismo Mariano Rajoy ratificaba dichas acusaciones. Una vez más, Rajoy secunda una estrategia de exaltación del despropósito cuyo único objetivo es lograr la crispación política con la que nos deleitaron la pasada legislatura y en la que parece que algunos se sienten muy cómodos en el PP. Lo cierto es que su obsesión por intentar (en mi opinión sin éxito) desviar la atención de los medios y de los ciudadanos en relación a la retahíla de casos de corrupción entre sus propias filas está llevando este guión a un final de sobra conocido por todos.

Sin embargo, yo me pregunto, ¿seguro que cuestionar permanentemente al Estado de Derecho, a jueces, fiscales, policía, y gobierno, sin aportar una sola prueba, es la estrategia más acertada para los objetivos de Rajoy?, ¿de verdad cree que es la forma más honesta y legítima para lograr la confianza de los ciudadanos?, ¿en serio cree que es la mejor manera de aportar algo sensato a la política de nuestro país en el año más difícil para cientos de miles de españoles?

Y para continuar la temporada de otoño de este sainete con pretensiones de melodrama, se incorpora con fuerza una nueva protagonista que parece que quiere hacer méritos en el inicio del curso político, y puntuar ante su líder: Esperanza Aguirre. La presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha sido señalada por sus propios compañeros de ser la responsable última de los espionajes y seguimientos a miembros de su propio gobierno, se permite poner en cuestión la intachable trayectoria del Ministro del Interior, acusándole como responsable de la última gran mentira de “Producciones-Génova”.

Pero con el clásico guión de cualquiera de las series policíacas de televisión más amables, incluso con la Sra. Fletcher de detective, aprendimos que cuando un sospechoso cree que la atención se centra en él, siempre se delata por intentar dirigir las miradas hacia otro asunto, generalmente sin ningún éxito.

Y en la cultura democrática hemos aprendido también, que cuando uno acusa debe aportar las prueba y hacerlo en los tribunales, y no caer en la extravagante e inadmisible lógica de pedir a quien acusa que aporte las pruebas de su inocencia.

Hoy mismo la Sra. Aguirre ha rectificado pidiendo disculpas por sus gravísimas declaraciones de ayer. Bienvenidas sean, porque rectificar es de sabios y nadie está libre de equivocarse. Pero a estas alturas de la película, lo que procede en este momento es que secunden su ejemplo Cospedal, Arenas,… y por supuesto, el Sr. Rajoy. Que hagan lo propio y se disculpen ante los ciudadanos por este capítulo de insidias y calumnias al que estamos asistiendo cada día.

Un buen final sería que la Sra. Soraya Sáez de Santamaría, pidiera disculpas también y diera a conocer, de una vez por todas, ese supuesto informe que no contiene ninguna prueba ante semejantes acusaciones, y dando por terminada esta estrategia que lejos de minar la confianza de los españoles en nuestras instituciones sólo conduce a su propio descrédito.