20/8/09

De espías, mentiras y otras intrigas

Más de seis meses ya…más de medio año asistiendo atónitos al espectáculo que nos brinda gratuitamente el Partido Popular con sus denuncias entre militantes y cargos públicos del PP sobre espionajes y corrupción.

Desde el pasado 19 de enero, llevamos escuchando el mismo ruido ensordecedor que lanzan al resto del país, que se levanta cada mañana para trabajar y luchar contra la crisis económica.

Colectivos sociales, sindicatos, empresarios, Gobierno, ciudadanos y ciudadanas,… todos y todas trabajando por subirnos cuanto antes a la locomotora de la recuperación económica y mientras, desayunamos cada mañana con diferentes miembros del PP en los periódicos, acusándose unos a otros de participar en una trama de espionaje o en el caso de corrupción Gürtel. Esa ha sido la ocupación del principal partido de la oposición en lo que llevamos de año.

Sonaría a chiste si no fuera por lo grave de las acusaciones y especialmente por la respuesta que se le ocurre dar a los responsables del PP, una vez que la justicia inicia las investigaciones acerca de sus propias denuncias. Para intentar limpiar su imagen, en lugar de depurar responsabilidades y aclarar los hechos, parece que se arrepienten de lo dicho y hecho hasta el momento y deciden atacar al resto de instituciones del Estado de Derecho, que nada tienen que ver con sus líos internos y que estaban ocupadas hasta ahora en trabajar por salir adelante.

El punto álgido llega con el verano. No era suficiente con intentar desprestigiar a fiscales, jueces, policía, Gobierno,… ahora toca inventarse una teoría de la conspiración. Es lamentable que el principal partido de la oposición vuelva a caer en semejante argucia, pues la sociedad española aún no ha podido olvidar la supuesta trama conspirativa que defendieron en torno a los atentados del 11 de marzo. Increíble pero cierto. Mismas ideas y mismas formas. El PP de hoy sigue siendo el PP de ayer.

Es difícil creer que hayan decidido intentar salir del atolladero que ellos mismo crearon atacando a los demás. Será que quizás, de tanto espiarse y denunciarse entre ellos han terminado padeciendo el llamado “síndrome de Estocolmo” y decidieron protegerse entre ellos una vez más y atacar a los que nunca participamos de toda esta película.