17/8/09

Cómo universalizar la sanidad en EEUU y no morir en el intento

Hoy quiero compartir con vosotros una de las noticias sobre el debate más polémico en EEUU en estos días: la reforma sanitaria que prometió el Presidente Obama como candidato y que ya intentara sin éxito su predecesor demócrata, Bill Clinton, durante su presidencia.

Todos estamos expuestos a que nuestra vida se vea alterada por un problema de salud menor, o que toda nuestra vida gire durante un tiempo en torno a una enfermedad grave. Pero nuestro sistema público nos garantiza una atención sanitaria universal a todos los ciudadanos sin excepción. Sin embargo, en el caso de EEUU, hablamos de otra cosa.

El actual sistema sanitario estadounidense implica que la mayoría de los ciudadanos tienen un seguro médico privado cuya cobertura sanitaria depende del valor del mismo. Eso siempre y cuando tu buena salud en el momento de suscribir el seguro permita que te acepten como asegurado.

Sin embargo, 50 millones de ciudadanos americanos no tienen cobertura sanitaria en el país más rico del mundo. El gran pecado de Obama, además de intentar cumplir con ello su compromiso con los electores, es que "nadie muera en la puerta de un hospital" de EEUU porque no tenga recursos para pagar su curación.
Pero también, que millones de americanos cubiertos por un seguro médico privado tengan garantizados sus derechos sanitarios en vez de depender de la arbitrariedad e impunidad de las compañías aseguradoras cuando deciden, sin apenas controles, qué enfermedades atender y cuáles no. Para ello es imprescindible un sistema público que cuente con el esfuerzo de toda la sociedad para lograrlo y una legislación estatal que regule los excesos de las aseguradoras privadas.

Pero parece que cuando se plantea el debate para acabar con los privilegios de unos pocos, reduciendo con ello las cuentas millonarias de las aseguradoras y las empresas farmacéuticas, la derecha más poderosa contraataca con todos sus recursos. El business está por encima de los derechos de la gente, por encima de la los años de esfuerzos de toda una vida de millones de ciudadanos que acaban hipotecando su vivienda para poder costear una intervención quirúrgica. Obama, ¿cómo te atreves a cambiar un negocio así? Los lobbys anuncian campañas millonarias para difundir el miedo a las clases medias aseguradas.

Realmente se trata de una reforma compleja, cuyo camino no será fácil, porque como el propio Obama admitía en sus memorias, quizá requiera de más de un mandato. Pero que exige, sin lugar a dudas, del coraje y la convicción política que Obama está demostrando estos días explicando estado a estado su plan de reforma directamente a los ciudadanos.

Sin lugar a dudas, ésta va a ser una reforma clave en su mandato, y su debate al otro lado del atlántico nos invita a la reflexión en Europa. También nos muestra el acierto político de nuestro país al universalizar la sanidad en su momento, convirtiéndolo así en un derecho básico de los ciudadanos y en el pilar más preciado de nuestro estado del bienestar. Una sanidad en la que se ha fijado ahora el equipo de Obama.

Pero también nos sirve para estar alerta y encender las alarmas ante los incipientes ataques a nuestra sanidad pública por parte de algunos gobiernos del PP, que en la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana deterioran su calidad a través del abandono presupuestario y diversas fórmulas de privatización que, lejos de mejorar la prestación de los servicios, demuestra que para ellos el business también está en muchos casos por encima de la salud de los madrileños y los valencianos.