3/8/09

Curioso Cluedo en el PP de Madrid

Es habitual es estas fechas que los periódicos aligeren sus contenidos adaptándose a las costumbres veraniegas de los españoles y españolas, dispuestos a pasar unos días de descanso y saludable “desconexión” de los problemas, rutinas y preocupaciones del día a día.

Un elemento habitual de las ediciones especiales de estos días en la prensa diaria es la inclusión de relatos, cuentos o seriales con narraciones del más variado contenido. Las historias de espías e intriga son, en este sentido, un clásico del repertorio, una amena lectura para las tardes de calor que nos esperan. Un agradable pasatiempo ejecutado con maestría por muchos escritores y recibido con alborozo por miles de lectores.

Este verano, no obstante, Esperanza Aguirre y el PP de Madrid se han decidido a rizar el rizo y ofrecernos un interesante culebrón de supuesto espionaje interno y partidista, con cargo a fondos públicos, en el que el avance de las investigaciones promete una interesante sucesión de entregas en las próximas semanas.

Es un tema muy serio y del que deberemos estar pendientes, por más que resulten evidentes los intentos de Aguirre, Granados y compañía, por frivolizar hasta el paroxismo la vida política madrileña y convertir cualquier intento de esclarecimiento de lo ocurrido en un vodevil de enredo sin mayores consecuencias: un relato ligero de dimes y diretes, desmentidos y ausencia de responsabilidades, servido como un juego de mesa, sobre el tablero de las ambiciones que agitan el PP de Madrid.

A estas alturas del relato, con tres asesores de la Comunidad de Madrid imputados, es evidente que el cerrojazo a la comisión de investigación creada en su día en la Asamblea de Madrid fue una decisión inaceptable, una burla a los ciudadanos y a sus representantes que sólo se sustenta en una vocación autoritaria y una práctica antidemocrática muy habitual en el PP madrileño.

Los madrileños y madrileñas, como los propios afectados por los seguimientos ilegales, esperan explicaciones y tienen derecho a conocer toda la verdad sobre los hechos que han sido denunciados. Hay evidencias que empiezan a abrirse paso y señalan muy claramente a dirigentes como Francisco Granados, secretario general del PP, y a la propia Esperanza Aguirre.

El ambiente en la corte de Esperanza Aguirre empieza a ser irrespirable, convertido en un mentidero de rumores, sospechas, enfrentamientos cainitas y divisiones internas, a las que hay que sumar la nueva tarea que hace, según las propias denuncias de miembros del PP, de sus principales dirigentes jefes de espías, espiados o espiables según su cercanía relativa a la lideresa.
En esta situación, es más que cuestionable que el PP madrileño, tenga capacidad, tiempo o intención alguna de gobernar de forma solvente una Comunidad de la importancia y el peso económico, demográfico, social y cultural de Madrid.

Pero lo más increíble es que, en ese curioso Cluedo en el que se ha convertido la vida interna del PP madrileño, Esperanza, Esperanza, como en la canción, sólo sepa bailar cha cha cha.