13/8/09

Ponerse en los zapatos del otro y garantizar la cohesión social

Esta mañana el Consejo de Ministros extraordinario ha aprobado una renta de protección que permitirá que unas 340.000 personas que han agotado ya su prestación por desempleo, puedan recibir 420€ al mes durante seis meses mientras acceden a un itinerario de formación que les facilite encontrar lo antes posible un nuevo empleo.

En estos meses hemos oído y leído muchas crónicas y muchas opiniones al respecto. Ésta ha sido una de las medidas más discutidas en la mesa del diálogo social y que finalmente no pudo contar con el acuerdo de todas las partes. Pero me pregunto, ¿no merecen estos trabajadores un apoyo extraordinario que les garantice una mínima protección social que al menos cubra parte de las necesidades más básicas?

Un gobierno sensible y responsable, en mi opinión, no puede mirar hacia otro lado cuando las dificultades ante una situación de desempleo se convierten en palabras mayores a partir del momento en que se acaba la prestación.

Cuando alguien intenta ponerse, aunque sólo sea por un momento, en los zapatos de cualquiera de estos ciudadanos y ciudadanas, comprende que una sociedad avanzada, responsable y solidaria no puede permitirse dejar a la intemperie a estos trabajadores. Somos una sociedad que ha progresado a velocidad de crucero en los últimos 30 años sobre la base de no dejar a nadie atrás, de trabajar juntos confiando en nuestro esfuerzo y haciéndose cargo también de la suerte de los demás a través de un estado del bienestar que garantiza la cohesión social.

Indudablemente la mejor noticia que podemos y queremos dar a estos trabajadores, y a los que temen hoy perder su empleo, es que recuperamos el ritmo de crecimiento en los próximos meses y ofrecerles un empleo. Ese es el objetivo máximo que nos ocupa desde que comenzó esta crisis. Y nada nos va a apartar de esta meta.

En los últimos meses, en los peores momentos de esta crisis económica mundial, hemos logrado frenar la destrucción masiva de empleo, y miles de ciudadanos han recuperado su empleo a partir de las medidas de estímulo que hemos puesto en marcha y gracias al esfuerzo que entre todos estamos haciendo. Pero otros muchos todavía no lo han coseguido. Seguiremos incidiendo en aquellas medidas que están dando sus frutos, y emprenderemos nuevas iniciativas que nos coloquen en la senda de un nuevo crecimiento más sólido y más sostenible, y que serán impulsadas por la futura Ley de Economía sostenible.

Pero mientras logramos ese objetivo, que está a nuestro alcance y que estoy convencida que superaremos, era necesario ofrecer una respuesta a la incertidumbre de miles de personas que merecen la seguridad y la protección para poder seguir sacando adelante a su familia mientras buscan un empleo.