30/7/09

Ningún gobierno puede aceptar que los trabajadores pierdan derechos

Es triste y preocupante ver cómo el principal partido de la oposición parece alegrarse estos días por la ruptura de las negociaciones del diálogo social, que habrían permitido alcanzar un acuerdo final para la creación de empleo en nuestro país, comprometiendo a todos los sectores y trabajando de forma colectiva y coordinada.

Se trata de un hecho grave que algunos piensen que el mal de todos puede suponer un paso más en la carrera hacia la Moncloa para el PP, porque de lo que estamos hablando es de que nuestro país se suba a la fase de la recuperación económica cuanto antes.


Los momentos difíciles exigen saber estar a la altura de las circunstancias y afrontarlos con responsabilidad, cosa que algunos dirigentes de la CEOE parecen no haber comprendido, pues hace unos días decidieron imponer algunas exigencias en un proceso de diálogo social que se había ido construyendo colectivamente, rompiendo con 30 años de acuerdo labrado entre todos.

En nuestro país hay una tradición democrática de construcción social colectiva, en los buenos momentos y también en los malos. Por tanto, no parece comprensible que, precisamente en un momento de crisis económica, hayan preferido aparcar un acuerdo que beneficiaba a todos.

Hasta el último día de la negociación, sindicatos, CEOE y Gobierno estaban de acuerdo en trabajar codo con codo y sumar esfuerzos. El último día, de los 3 interlocutores sólo uno decide radicalizar sus requerimientos, inasumibles por el resto de partes. Poner en riesgo el sistema de pensiones, pedir la desregulación total del mercado de trabajo o aprobar un paso atrás en derechos laborales para el beneficio económico exclusivo de unos pocos son cuestiones que ni el Gobierno ni la sociedad española pueden consentir en pleno siglo XXI. Suponen condiciones imposibles para un Gobierno serio y responsable que vele por el interés de los ciudadanos.

No obstante, seguiremos trabajando para salir adelante sin dejar a ni un solo ciudadano abandonado a su suerte. Un ejemplo de esto es que en el Consejo de Ministros del próximo 13 de agosto, el Gobierno aprobará por Decreto Ley la principal reivindicación de los sindicatos en el proceso de diálogo y que beneficia a muchos ciudadanos que lo están pasando mal debido a la crisis: una nueva prestación por desempleo, en principio por 6 meses, para personas que hayan dejado de percibir la prestación existente.

Una ayuda para las familias que es asumible por el Gobierno y que han defendido de forma exigente pero responsable los sindicatos.

Apelamos a la responsabilidad de los empresarios para alcanzar un acuerdo que beneficie a todos, como han hecho en otras muchas ocasiones.

Para ofrecer algo de luz dejo aquí algunas de las propuestas que han dinamitado el proceso:

(Propuesta CEOE) Rebaja Impuesto Sociedades: el Gobierno dice sí, pero con condiciones: a las PYMES que mantengan empleo, objetivo principal del acuerdo. La CEOE dice que no, que para las que reinviertan sus beneficios.

(Propuesta CEOE) Reducción cotizaciones Seguridad Social en 5 puntos: el Gobierno dice que sí pero con condiciones, pues supondría 18.000 millones de euros al año, lo que pone en riesgo sistema pensiones. El Gobierno propone medio punto de reducción permanente y un punto adicional sólo para 2010. CEOE dice no.

(Propuesta del Gobierno para empresas) Mejora acceso crédito para empresas, reformando requisitos líneas ICO-liquidez: CEOE dice que quiere desregular condiciones laborales, sacar de la tutela judicial decisiones laborales de EREs y despidos.

Son sólo algunos ejemplos, pero en resumen, para que el diálogo social llegue a un buen acuerdo final es necesaria la predisposición de todas las partes, para compartir esfuerzos y sacrificios que, respetando los derechos de los trabajadores, garanticen el mantenimiento y la creación de puestos de trabajo. Estoy convencida de que lograremos alcanzarlo entre todos.