16/2/09

El respeto al estado de derecho y los intereses de los ciudadanos deben estar por encima de todo.

De todos es sabido que la derecha española, históricamente, ha utilizado todo tipo de artimañas para jugar en política. Aun sabiendo que con ello desprestigiaban la política y ponían en tela de juicio el estado de derecho, o precisamente por ello. Estos días hemos tenido ocasión de volver a verlo. El PP, asediado por supuestos casos de espionaje y corrupción, lejos de abrir investigaciones reales dentro de su partido y depurar responsabilidades, ha recurrido a lo de siempre: la difamación contra el PSOE y la puesta en cuestión del estado de derecho.


Si no fuera por lo insólito y grave del hecho, sonaría a la reacción de un niño, que cuando le pillan haciendo trampas en un juego, lejos de pedir perdón cuando le afean su conducta, se levanta, acaba el juego y “se lleva el balón”.Si realmente Esperanza Aguirre y Rajoy son víctimas de una conspiración, deberían ser los primeros interesados en investigar sin límites en la comisión, los primeros en abrir una comisión efectiva y real dentro del PP y depurar responsabilidades.Lo deseo de verdad, que lo hagan sin más dilación, sin más excusas ni cortinas de humo, porque son sus problemas internos los que deben resolver.


Porque este país necesita una oposición fuerte y unida, ocupada en arrimar el hombro con el Gobierno para salir de esta situación.Lo cierto es que hasta ahora, la comisión de investigación tiene un Presidente supuestamente sospechoso e inicia su actividad con todo tipo de limitaciones, “dimisiones a medias” e incoherencias…Lo último ha sido intentar construir una cortina de humo y mirar fuera lo que no quieren mirar dentro.


Pero hay algo que debemos exigir por encima de todo: respeto total al juez, al fiscal y a la policía. Y recordar que, es el PP el que supuestamente espía al PP y es el PP el que denuncia los supuestos delitos económicos y sobornos del PP.Y lo que es más importante, el estado de derecho no deja de ser válido porque un juez y un político coincidan en una boda, una cena o una comunión.


Además creo que esta situación contribuye al desafecto hacia la política y yo siempre defenderé la nobleza de la política. De los cientos de cargos públicos, de todos los partidos, que sirven a los ciudadanos, y cuya única es resolver los problemas de los ciudadanos, aunque pensemos en distintas maneras de lograrlo.