23/2/09

Son las 19:15h y Rajoy sin dimitir…


Cada día nos levantamos con un nuevo capítulo más en las supuestas tramas de corrupción y espionaje que se entrecruzan ya en el PP. Cada día que pasa surgen nuevas y graves implicaciones y ramificaciones que es preciso aclarar. Cada día se agota más el crédito del líder de oposición y de su partido ante los ciudadanos.

Y es que el Partido Popular lleva ya demasiadas semanas intentando esconder sus responsabilidades políticas de la peor manera posible, mirando hacia otro lado y lo que es más grave, sembrando dudas sobre la actuación de jueces y fiscales, sobre nuestro estado de derecho.

Pero nuestro estado de derecho se merece un respeto y los ciudadanos explicaciones. Ya no vale echar balones fuera. El Sr. Rajoy debe a poner orden en su casa sin más dilación, y sobre todo, está obligado a demostrar el respeto debido a las instituciones democráticas y a las reglas del juego.

Seguramente la posibilidad de que el Partido Popular siguiera utilizando al Ministro de Justicia como señuelo para desviar la atención sobre las supuestas tramas de corrupción y espionaje que se enmarañan el entorno del Partido Popular, ha llevado al Ministro Fernández Bermejo a presentar hoy su dimisión, en una decisión personal que respeto profundamente y que le honra. Una decisión que demuestra el máximo respeto por el ejercicio de la política y por el estado de derecho. Desmontado así el burdo argumento que siempre profesa la derecha cuando tiene problemas, de que “todos los políticos son iguales”, “que nadie asume responsabilidades ni es capaz de pedir disculpas”, en una estrategia inaceptable desde el punto de vista de la democracia.

Algunos dirigentes del Partido Popular olvidan que cuando hacen determinadas afirmaciones se colocan ellos mismos frente al espejo, y en materia de asunción de responsabilidades, algunos, como el Sr. Trillo, no se puede decir que salgan bien parados. Otros, como el Sr. Cascos, tampoco resisten la prueba de la hemeroteca, cuando allá por el año 1995 proclamaba “Todos somos Garzón” y señalaba que no era tolerable desprestigiar a un juez. Una vez más estamos ante la doble moral, ante el doble rasero de una derecha que sólo respeta las reglas del juego cuando cree que le favorece.

¿Qué le queda ahora al Sr. Rajoy una vez desmontada su cortina de humo? Tic-tac, tic-tac…