21/11/08

Crónicas de muertes anunciadas




Cada año por estas fechas nos impresionan los datos de muertes de mujeres víctimas de la violencia de género. Son muchas, demasiadas y aunque el número de víctimas haya descendido estos años sigue siendo desalentador. Mujeres con nombre y apellidos, con familias y amigos. También cada año recordamos todos los instrumentos que desde las diferentes administraciones se han puesto en marcha para erradicar esta lacra, avances legislativos tan importantes como una Ley Integral, una Ley que otorga derechos y dispone recursos, una Ley que previene y educa en la igualdad.

Hoy podemos decir que las mujeres tienen más información sobre sus derechos y sobre los recursos que tienen a su disposición, el 016 cumple está función dando asesoramiento permanente de forma gratuita, además se han creado 59 unidades provinciales de Violencia sobre la Mujer en las Comunidades Autónomas para coordinar información y recursos.

Se sienten más seguras y más protegidas, y eso les da fuerzas para dar el primer paso, por lo que el número de denuncias ha subido un 72% durante estos últimos 5 años, pasando de unas 47.000 denuncias a más de 81.000. Pero no solo se sienten más protegidas, sino que realmente hemos conseguido aumentar esa protección y el número de homicidios ha descendido en un 8’7%, esto ha sido posible, en parte, gracias a que se han triplicado el número de agentes especializados de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Cuando dan el paso de denunciar se encuentran más amparadas, los trámites son más fáciles y están pensados para sus casos, porque se han puesto en marcha 366 Juzgados de Violencia sobre la Mujer compatibles y 92 exclusivos; se han nombrado más de 100 fiscales especializados y existe un turno de oficio gratuito las 24 horas;

El camino posterior a la denuncia es quizás uno de los momentos más tensos y de mayor peligro para estas mujeres, por ello se han facilitado más de 10.000 “teleasistencias” a las víctimas y se ha creado un nuevo protocolo de Sanidad

Tenemos un sistema judicial más eficaz que se refleja en la menor impunidad de los agresores. Desde 2005 se han dictado más 302.000 sentencias de las cuales más de 53.000 se corresponden a penas de prisión a maltratadores.

Desde la puesta en marcha de la Ley Integral el Estado ha invertido casi 800 millones de euros en políticas de prevención y en la lucha contra esta violencia. En definitiva, las mujeres están ahora más protegidas, más informadas y tienen más recursos para salir del ciclo de la violencia.

Recuerdo perfectamente cuando surgió la propuesta de esta Ley, fueron las asociaciones de mujeres quienes la venían reclamando y estando los socialistas en la oposición elaboramos de forma consensuada con ellas, las mujeres, y también con profesionales expertos, la primera Proposición de Ley Integral de Violencia de Género, que se convirtió en la primera Ley que aprobamos cuando llegamos al Gobierno. Han pasado algo más de 3 de años desde que fue aprobada y poco a poco vamos viendo sus frutos. No se corresponden a un cambio drástico pero tampoco esperábamos que así ocurriera, intentaré explicar el por qué.

Esta semana tuve la oportunidad de compartir una tertulia con diferentes mujeres de alrededor de los 30 años con motivo del treinta aniversario de la Constitución, y hablamos de multitud de temas, del cómo éramos y del cómo somos. Cuando llegamos inevitablemente a la cuestión de las relaciones entre mujeres y hombres el debate se encendió. Primero coincidimos en las enormes diferencias generacionales en el modelo de relación con nuestras parejas, las mujeres ya no estamos dispuestas a ocuparnos de todo, trabajamos fuera de casa, tomamos nuestras propias decisiones pero según íbamos buscando más diferencias no las encontrábamos, porque las tareas del hogar siguen siendo, mayoritariamente, nuestra responsabilidad, porque el cuidado de los hijos también recae en nuestras manos, porque tenemos que demostrar constantemente nuestra valía y así un largo etc. Cambiamos poco a poco el modelo de relación hombre-mujer pero en 30 años de democracia todavía las bases siguen siendo exactamente las mismas. “Hemos cambiado mucho, pero no tanto”.

Mientras nuestras relaciones de pareja no estén basadas en el respeto y la igualdad, y además ese respeto e igualdad sea cotidiano, habrá muchos hombres que solo sepan relacionarse desde una posición de dominio sobre las mujeres y que resuelvan sus conflictos con violencia, ya sea verbal o física. El modelo de desigualdad entre hombres y mujeres es el responsable primero de la violencia machista y mientras no erradiquemos este machismo, en todos los ámbitos, seguirá habiendo víctimas.

Que el número de víctimas haya descendido pero que el número de denuncias siga aumentando, nos muestra que las mujeres cada vez tienen menos miedo a salir del ciclo violento, la sensibilización social les ha dado seguridad y además tienen más recursos en los que apoyarse.

Estamos lejos de aquella violencia donde el “la maté porque era mía” era considerado un crimen de honor, porque afortunadamente este fenómeno ha traspasado los muros de las alcobas y se ha convertido en un asunto de Estado. Sin duda estamos en el buen camino aunque todavía queden muchos kilómetros por recorrer, por lo que no podremos bajar la guardia, ni mucho menos sentirnos satisfechos, pero sí debemos ser conscientes de que nuestro país es el país que más valientemente y de forma prioritaria está abordando esta terrible lacra.


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Acto para conmemorar el Día Internacional de la lucha contra la violencia hacia las mujeres