Llevamos ya una semana de campaña, que llega a su ecuador. Arrancamos en Vallecas, plaza emblemática de los socialistas y luego empecé empecé en mi tierra, Benidorm, todo un honor. Pude cargar las pilas del afecto y el cariño de mis amigos y mi familia, de los militantes de mi agrupación, en donde aprendí tantas cosas. De Benidorm a Logroño, Donosti, Utebo (Zaragoza), Aranjuez, Puertollano, Gandía, Jerez y, hoy, Córdoba. Sin descanso, pero cada vez con más ganas. Y en todos los lugares la misma sensación de orgullo, porque sólo un partido como el PSOE es capaz de movilizarse a la vez en toda España como lo hacemos los socialistas, porque cuando ponemos la maquinaria a funcionar, no hay quien nos pare.
Quiero compartir con todos y todas la foto que acompaña este comentario, una de mis preferidas. Estoy en el precioso Teatro Serrano, en Gandía, después de un mitin vibrante dentro y fuera del auditorio porque muchas personas no pudieron entrar por falta de espacio; mis disculpas desde aquí para ellos y ellas. Reparto rosas, nuestra flor, a varias mujeres socialistas, esas en las que cada día me miro y por las que cada día trabajo, para estar a su altura y a la altura de todas las que me precedieron en la lucha por la igualdad, una de las principales señas de identidad del PSOE.
Mañana domingo, de vuelta a mi tierra, Alicante, en donde comparto “cartel” nada menos que con Felipe González. Una de las voces más autorizada en estas elecciones europeas; fue él quien a España en el corazón de Europa y a Europa en el corazón de todos los españoles después de una larga dictadura, después de 40 años mirando con sana envidia a los países europeos.
Y a apretar el acelerador en la recta final de la campaña, para que el domingo volvamos a decirle a nuestros vecinos europeos, que nos estarán mirando, que España ama Europa y que los españoles queremos un Parlamento Europeo con mayoría progresista para poder elegir el futuro que queremos construir.
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