28/11/08

Empoderamientos


Esta semana empezamos conmemorando el día internacional de la lucha contra la violencia de género y, en mi caso, acabaré asistiendo este fin de semana al encuentro de las Mujeres del Consejo del Partido Socialista EuropeoPES Women”, donde las mujeres líderes de los diferentes partidos socialdemócratas de Europa se reunirán para analizar la situación en la que se encuentran las mujeres europeas y establecer estrategias de futuro.

Cada vez es más notorio que la lucha por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres está dando sus resultados. Las mujeres estamos ocupando espacios de poder antes vetados a nuestro género, ya no somos las últimas en incorporarnos a las listas electorales o los órganos de dirección. Ahora, hay nombres de mujeres que son los primeros en aparecer, no como ocurría hace tiempo, cuando ya estaba elaborada la candidatura y el responsable de turno decía, ya tenemos la lista ahora solo faltan las mujeres para completarla.

Las cosas han cambiado, en mi partido desde luego. Como sabéis después del 37º Congreso Federal se han celebrado en cascada diferentes congresos en todas las comunidades autónomas y en todas las provincias, y hemos podido comprobar como el número de mujeres en los núcleos duros de las nuevas direcciones socialistas en estos territorios se ha duplicado. Nada más y nada menos.

No quiero ni hace falta recalcar más estos hechos, aunque estos datos son buenos por sí mismos debemos analizar mejor qué significan realmente. El estar en el poder por el mero hecho de estar no aporta nada, pero cuando las mujeres accedemos al poder aportamos mucho y eso se nota. Además de ser una cuestión de democracia es una cuestión de mejora de nuestra sociedad, porque la visión desde la cual se gobierna o se dirige un partido cambia, siendo, ahora sí, una visión completa y real. Porque hay que aprovechar todo el talento, la imaginación y la capacitación posibles.

A las mujeres, al cincuenta por ciento de la sociedad, les va mejor cuando los socialistas gobiernan, aquí en España y en el resto del mundo. Y si a las mujeres les va mejor, dado que estábamos en notable desventaja, el mundo avanzará más rápido y hacia mejores metas.

Apostar por las mujeres es apostar por una sociedad mejor, una sociedad sin desigualdades, sin violencia de género, sin diferencias salariales, es apostar por un mundo más justo y equitativo, pero también por una sociedad más eficiente. ¿Podemos permitirnos derrochar el talento de la mitad de la población? Sencillamente no.

Recordando la Declaración de la Plataforma de Acción de Beijing: La igualdad entre mujeres y hombres es una cuestión de derechos humanos y constituye una condición para el logro de la justicia social, además de ser un requisito previo necesario y fundamental para la igualdad, el desarrollo y la paz.