16/10/08

El cambio climático que alimenta la pobreza


“los países más vulnerables son los menos capaces de protegerse a sí mismos. También son los que menos contribuyen a las emisiones mundiales de gases efecto invernadero. Si no se toman medidas pagarán un alto precio por las actividades de otros” Kofi Anan


Ayer en el Día de Acción Blog os anuncié mi intención de escribir un post sobre el Cambio Climático y su relación con la pobreza. Hablar de pobreza no tiene fin, hay tantos tipos, tiene tantas caras, es causada por multitud de circunstancias, que cuando intenté resumir en post lo que consideraba más importante tuve que dejar fuera algunos aspectos fundamentales para entender y combatir esta pandemia.

Muchos se pueden preguntar sobre si realmente el Cambio Climático tiene relación con la pobreza, pero en este mundo todo tiene sus consecuencias y suele pasar que éstas se ceban con aquellos que menos tienen, que están más desprotegidos.

A corto plazo los países más pobres son los que más sufrirán la carga del cambio climático: sequías, catástrofes naturales, subidas del nivel del mar, etc. Estoy hablando de que cuando una catástrofe natural azota un país de África por ejemplo, las víctimas no tienen un seguro al que recurrir o un Estado fuerte que les ayude, cuando un huracán azota un poblado precario se lleva por delante todo lo que pilla, casas, sueños y vidas… cuando se quedan sin lo poco que tenían solucionan el problema comiendo menos y dependiendo en exclusiva de la ayuda internacional, eso cuando llega.

Precisamente hoy es el Día Mundial de la Alimentación, estamos en tiempos de crisis y de cambios climáticos, la escalada de precios de los alimentos es una amenaza para la seguridad alimentaria y nutricional de millones de personas. En pleno siglo XXI, cuando más capacidad de generar alimentos tenemos de la historia, todavía el hambre y la subnutrición son las causas subyacentes de la muerte de 3,5 millones de niños cada año, a un ritmo de más de 10.000 al día. Imaginaros lo que es nacer en Etiopía un año de sequía y cuando la malnutrición aguda afecta al 47% de los niños menores de 5 años. Según el último Informe de Desarrollo humano, la probabilidad de que ese niño esté desnutrido aumenta un 35%.

España supo responder al llamamiento internacional de NNUU ante el alza de precios de los alimentos con una partida extraordinaria de 7 millones de euros en ayuda humanitaria de emergencia, lo que nos colocó entre los primeros países del mundo en esfuerzo de financiación realizado a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA), además hemos asumido otros compromisos con la FAO igual de importantes.

Debemos seguir atentos, no podemos consentir que la agenda de la crisis nos desvíe de la agenda establecida para conseguir los Objetivos de Milenio. En Japonés la palabra crisis está compuesta por dos palabras: peligro y oportunidad, me parece una de las mejores definiciones siempre que sepamos aprovechar la situación para beneficiar a los más necesitados. Por eso, esta crisis nos deberá servir para reforzar el papel de los Estados como garantistas de derechos y ejes estructurales de la sociedad.

Pensad que cuando el cambio climático y el aumento de los precios de los alimentos añade dificultades a nuestro bienestar, en el caso de los países del sur, supone literalmente dejar en la cuneta a millones de persona, o añadir cientos de miles de seres humanos a esa vergonzosa lista de hombres y mujeres que sobreviven con menos de dos dólares al día.

------
Aquí podéis leer un artículo que escribí junto con Emal Dervis sobre el Cambio Climático y que fue publicado en El País.